La lluvia,
que cae entre cielo gris,
y tierra mojada.
Deja el fresco olor en el ambiente a madera,
a pino, hierbabuena, a humedad, de la que es bueno respirar.
Millones de gotas mojando e hinundando la carretera,
que bien limpia, así se queda.
Nuestros ojos deseando que se abra el típico arco iris colorido,
de el que quieres volar y tocarlo algún día,
y del que resplandece tu mirada, con solo aparecer entre las aguas.
Y en casa nos quedamos, nuestro paraguas ya no da de si...
la lluvia le declaró la guerra tan fuerte que así .
Pasear bajo millones de gotas, intentando encontrar un refugio hasta
que pase la tormenta...que entre gotas y rayos, mucho nos queda.
Me prepararé mis botas de agua y chapotearé en cada charco que vea,
como una niña pequeña que adora ver llover,
porque siempre seguimos teniendo nuestro alma infantil ahí dentro.
Está lloviendo, dejándonos a mares
pero estas lluvias no se olvidan en muchos lugares.
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